“Ocultismo”, la nueva canción de Los Punsetes, está ya en la historia del rock en español. Una ópera de nueve minutos y medio en la que muestran una evolución sorprendente (“No hay líquido más espeso que el odio que te profeso”). La banda homenaje a Eduard Punset ha sobrepasado un punto de inflexión en su trayectoria y se han subido a un escalón bien alto. Tuve ocasión de verlos hace algún tiempo en el Ambigú y a fe que son de los grupos que con más convencimiento les puedo recomendar.

Pero he venido a hablar de mi libro que hoy no trata sobre los madrileños si no sobre su discográfica. Sonido Muchacho (al menos desde fuera) no parece una compañía de discos al uso. Siempre hay una forma diferente (y mejor) de hacer las cosas, basada en el amor a lo que uno hace. Y es que parece que esta peña se divierte con su trabajo, y uno ama lo que le divierte. Han cambiado la manera de llevar a un grupo (más bien parece que lleven a su familia).

El catálogo del sello recoge de lo mejorcito del pop-punk-rock- (no creo que tengan que ver con el indie) en España. Artistas/bandas que destacan por la característica de ser únicos en lo suyo, pareciéndose muy poco a otros artistas/bandas actuales: los propios Los Punsetes, Carolina Durante, La Bien Querida, Mediapunta, Airbag, Monteperdido, el también carolino Temerario Mario, Petróleo o, curiosamente, Los Nikis (grupo que ha inspirado a algunos de los anteriores y que ya en “Negocios sucios” (1.981) nos explicaban la forma en la que debería funcionar una buena discográfica).

En “La Tasquita de Triana” (1.989) de los No Me Pises Que Llevo Chanclas, el tabernero amenazaba a su chiquillo el mayor con tirar al río Guadalquivir el aparato de la música si no lo abajaba cuando iba a despachar a los veladores que tenía en la calle Betis. Ahora es al contrario. Lo que queremos es más sonido. Más Sonido Muchacho. ¡Más sonido, muchacho!

Les dejo que voy a pillarme en preventa el LP de LP antes de que se agote.

Quieran a la gente de su alrededor y les irá mejor. Besos.