Volver a empezar


Con esta frase que unos grandes almacenes solían utilizar, comenzaban a martillearnos la cabeza desde finales de julio para hacer propaganda de libros, uniformes y demás enseres necesarios para empezar el nuevo curso escolar.
Hoy, de vuelta del descanso estival y decidida a “volver a empezar” a ponerme en contacto con todos vosotros, pensaba que sin duda alguna, el tema que tocaba era este. La vuelta al trabajo, a la rutina, al colegio, en definitiva, a la normalidad.
Y no es que estuviese deseando de comenzar, pero la vida es sabia, y no podríamos disfrutar de las vacaciones si las tuviésemos todo el año (aunque he de confesar que tengo amigos que disienten y mucho conmigo en este punto).
Pues vuelta a empezar. Con alegría, dando gracias de tener dónde empezar, con ilusión, a ver qué nos encontramos. Cada curso que empieza, es un misterio maravilloso, lleno de sorpresas, unas mejores que otras, pero todas dignas de ser vividas.
Y es que en definitiva la vida es un volver a empezar continuo. Cada día, después de agradecer a Dios, la posibilidad de vivirlo, empezamos .
Y son muchos los temas por los que podríamos empezar para hacer un breve recuento de lo que hemos vivido este verano. Independientemente de lo que ha supuesto para cada uno de nosotros, que ya es importante, no ha tenido desperdicio en cuanto a la vida política en los distintos niveles que la vivimos.
En nuestra ciudad, comenzamos un verano con la limitación de los veladores de los bares en las calles más importantes y turísticas de la ciudad. Todo ello con la consiguiente merma de puestos de trabajo, cosa que Córdoba no se puede permitir bajo ningún concepto. De hecho, paseando por los pueblos costeros que te tenido la suerte de visitar, prácticamente todas las calles estaban ocupadas por las mesas de los bares a rebosar, que constituyen casi exclusivamente, el sustento de los mismos para todo el año.
Y la gente no protestaba. Es más, en algunos de estos pueblos, punteros en Cádiz, había calles que se cortaban al tráfico a una determinada hora para transformarlas en terrazas de bar donde la gente pudiera disfrutar de las noches veraniegas.
Pero debe ser que Córdoba es distinta, distinta para todo.
También he tenido el privilegio de pasar unos días en el norte, en la zona de Asturias. Y me he dado cuenta de que esta distinción que tenemos en Córdoba no es para bueno, no. Por ejemplo, la limpieza de nuestra ciudad, deja tanto que desear, que al visitar otras zonas se hace mucho más patente. Yo aconsejaría a nuestros políticos que se dieran una vuelta por algunas de las ciudades de España y tomaran nota de lo bueno que tienen y de lo que nosotros carecemos.
Por supuesto, en esta zona, todos los museos abiertos, y prácticamente todos con entrada gratis. Otra de las grandísimas diferencias que he tenido la oportunidad de observar y que me han hecho darme cuenta de cuan atrasados estamos en la preciosa ciudad en la que vivimos. Poseemos todos los elementos para ser una de las más visitadas por los turistas, pero no ofrecemos nada para hacerla atrayente a los mismos. En los lugares que he visitado, las tiendas abiertas hasta altas horas de la tarde/noche, espectáculos en distintos lugares de la población, que posibilitaban al visitante un conocimiento más amplio del lugar, así como la oportunidad de probar su gastronomía en diferentes puntos.
En fin, volver a empezar, con nuestras críticas hacia la corporación municipal actual que se empeña en que sigamos a la cola de España en muchísimos aspectos.
Y seguiremos llamando la atención para ver si es posible que a la vuelta las cosas vayan cambiando para mejor.