De madrugada


Nuevamente me mueve un profundo sentimiento de tristeza, de pena, de ver cómo la sociedad sigue empecinándose en atacar continuamente a los católicos y todo lo que ellos representan y sin decir de una vez y bien alto un “basta ya”.
Es cierto que estamos en un estado aconfesional. Es cierto que se deben de respetar todas y cada una de las diferentes religiones que en definitiva buscan saciar la curiosidad del hombre y encontrarse con aquel que nos ha creado y es nuestro destino. Pero también es cierto, que en un mal entendido alarde de tolerancia, del respeto a lo “otro”, a lo distinto, no podemos dejarnos machacar más.
Ahora, no solamente pretenden cambiar todos los nombres de las calles y plazas de aquellos que fueron relevantes hombres y mujeres en una época distinta y bajo unos prismas y criterios políticos diferentes y que hicieron cosas dignas de reconocer y recordar. Si se quedara en eso, y es mucho de lo que estamos hablando…., pero no. Ahora le toca el turno a las cruces levantadas en recuerdo a los soldados caídos.
Pueblos que llevan décadas en total paz y convivencia vecinal, que enterraron hace ya muchísimos años las rencillas levantadas por la crudeza de la guerra civil, vuelven a verse enfrentados por la puñetera memoria (o falta de memoria) histórica. Además, memoria que sólo pretende la restitución de una parte, cuando fueron muchos y de diferentes ideologías los que sufrieron, dependiendo del lugar donde le tocó vivir la guerra, pero que, al parecer ahora ellos no tienen ningún derecho a ser recordados ni rehabilitada su memoria.
¿Hasta cuando se van a remover los acontecimientos que pasaron y que por mucho que cambiemos de nombre y lugar, ocurrieron?. ¡¡¡Por Dios!!!, ¿no hay nada más importante en la sociedad que tener que estar removiendo lo que produjo tanto dolor a miles de familias en todo el territorio nacional?
Hoy, las noticias hablan de la cruz franquista de los Caídos de Callosa de Segura (Alicante), que fue retirada en plena madrugada y con un fuerte dispositivo de seguridad. La cruz no puede ser franquista, ni comunista, ni socialista. La cruz es el símbolo que representa a los cristianos del mundo entero. El lugar donde Jesús entregó la vida por todos. El Hijo de Dios, que por cosas del azar, también fue hecho preso de madrugada y con amplio dispositivo de protección para que los suyos no pudieran ayudarle, como si de un delincuente se tratara.
Así están tratando a los católicos y sus símbolos. La Ley de Memoria Histórica no ceja en su empeño de destruir y atacar todo lo que de ellos se trate. Pero no veo que funcione hacia todos los lados de igual manera. ¿Han tocado alguno de los recintos que se hicieron en época franquista para que los soldados musulmanes que apoyaban a Franco rezaran, o esto no es políticamente correcto? ¿Alguien se atrevería a proponer que las calles Dolores Ibarruri o Santiago Carrillo fueran abolidas del callejero por el gran número de muertes que ambos llevaban sobre sus espaldas? Que, por cierto, no sólo se les mantiene su nombre a las calles, sino que ya, se les reconoció su importancia política en la transición , cuando habían participado muy activamente en la guerra civil. Y eso es lo importante: restaurar heridas, no reabrirlas.
Podría aportarles infinitud de ideas con que rellenar las horas malgastadas en estas gestiones y el dinero público tirado en actos que lo único que pretenden es desviar la mirada de otros acontecimientos actuales mucho más importantes por su proximidad y cercanía que los que traen los políticos de turno entre manos.
¿Piensan de verdad que esto es un tema que preocupa a una ciudadanía de la que apenas quedan unos pocos representantes de aquella época?
¿O es que no tienen proyectos que desarrollar, planes de trabajo que proponer, leyes que mejoren la vida de la comunidad, o miles de propuestas que les corresponderían desarrollar si de verdad fueran auténticos políticos preocupados por el desarrollo de su país?.