Una entrega generosa


Todo eso y mucho más fue premiado en el Patio de los Naranjos

Entrega de los premios ‘Gota a Gota de Pasión’. /Foto: /Jesús Caparrós

Permítannos que hablemos, al final de esta semana, un poco de nosotros, de este diario digital. Porque llegamos a las postrimerías de mayo con cierta nostalgia – nos han faltado celebraciones y fiestas locales en toda su dimensión- pero también cargados de esperanza. La que ha estado presente una vez más en los premios ´Gota a gota de pasión’, tanto en el proceso de elección del jurado – difícil tarea- como en la celebración de la entrega de premios, el pasado martes, en el Patio de los Naranjos de la catedral.

Estos premios, que organiza la Fundación Cajasol y que patrocinan el Cabildo Catedral y el diario La Voz de Córdoba han celebrado nueva edición un año más sin ser este, precisamente, ‘un año más’. Han sido meses marcados por la pandemia, la forzada inactividad en muchos sectores económicos y productivos y por la enfermedad que se ha llevado para siempre a muchos españoles. No, no era un año para pensar en premios ni celebraciones.

La naturaleza de estos galardones hay que buscarla en nuestra Semana Santa y en todo lo que ello conlleva más allá de la propia semana mayor. Y por segundo año consecutivo, sin desfiles procesionales.

He ahí la  importancia de lo que estos premios mostraron el pasado martes: no son las procesiones, ni las tallas, ni las bandas, ni los cultos, ni las hermosas rivalidades entre cofradías, ni los cofrades ni las imágenes lo que cuenta. Es todo ello y mucho más. Es la dimensión humana y espiritual de un movimiento fraternal de hombres y mujeres, de una Iglesia y de toda una fe. Es el reflejo de todo ello en el arte efímero, en las ayudas a los necesitados, en el recuerdo emocionado al que marchó, en la nostalgia de otros tiempos que sirven de referencia para mejorar, en el reconocimiento al servicio abnegado y sincero durante toda una vida, a la comunicación transparente que nos ayuda a conocernos, a mirar hacia el futuro siempre con esperanza. Todo eso y mucho más fue premiado en el Patio de los Naranjos. Con una medida pero completa asistencia de público, con autoridades civiles y eclesiásticas, con cofrades de infantería y briega. Con una circunstancia destacable como es la presencia de dos ex -alcaldes (Rafael Merino y José Antonio Nieto) y una ex-alcaldesa (Isabel Ambrosio). Merino fue el alcalde que autorizó los palcos. Durante el mandato de Ambrosio se produjo el cambio de la Carrera Oficial.

Hay mucha esperanza de que el final del túnel puede estar próximo, pero se ha sabido soportar y atravesar este que aún permanece por que en él ha habido siempre gente dispuesta a ser entrega generosa.

Y eso, qué duda cabe, es el mejor premio.