Los presupuestos y el consenso para todos


Ocurre que presupuestar es uno de los ejercicios ideológicos más claros que cualquier gobierno puede hacer

Reunión de los delegados territoriales de la Junta en Córdoba con el consejero de Salud y Familias./Foto: BJ

El proyecto de presupuestos del Gobierno de la Junta de Andalucía llega con el marchamo de ‘los más sociales’ y con la garantía de asegurar servicios públicos como la educación, la sanidad o la dependencia, con una inversión superior a la empleada por los anteriores gobiernos socialistas.

En Córdoba en concreto estamos de enhorabuena porque, como desgranaron el pasado viernes el consejero de Salud, Jesús Aguirre y el delegado de Gobierno Antonio Repullo, las partidas no solo se centran, en efecto, en sanidad e infraestructuras, sino que recogen y cuidan proyectos culturales abandonados por la izquierda, por ejemplo, y sobre todo casi duplican en un 50% lo invertido en el pasado ejercicio. Algo que además permite comparar el trato que Córdoba recibe del PSOE en los Presupuestos Generales del Estado y el que obtiene de Andalucía por parte del PP y Ciudadanos.

Dicho lo cual y felices por comprobar que de verdad se nos tiene en cuenta, también hay que añadir que el Gobierno andaluz, y en concreto los populares, han insistido mucho en limpiar de tinte ideológico estos presupuestos y diseñarlos “para todos los andaluces”. Ocurre que presupuestar es uno de los ejercicios ideológicos más claros que cualquier gobierno puede hacer. A la prueba del trato del PSOE con Córdoba nos remitimos. Un PSOE en Andalucía con el que se ha querido negociar en todo momento las futuras partidas – y honra a Moreno su talante de consenso- pero en el que se advierte a un socio como VOX para que no sea incómodo. Contrasta esta actitud del PP andaluz con el de Ayuso en Madrid donde la presidenta de la Comunidad ha dejado claro que con el PSOE no va ni a por uvas y precisamente por motivos ideológicos que después se hacen presentes en el día a día socialista: subida de impuestos, intervencionismo, subida de cuotas a los autónomos, falta de apoyo desde el gobierno central con los fondos europeos… “¿Díganme en qué nos podemos encontrar?”, `preguntaba retóricamente Ayuso en un ejercicio de liderazgo y coherencia que la define y que le está costando una nueva batalla fratricida en las filas de su partido.

Esa misma pregunta podría haberse hecho en Andalucía, sobre todo cuando ésta aún está recuperándose de las corrupciones y los desmanes sufridos durante casi 40 años y en la que los socialistas, aun con el disfraz de la moderación juanespadista, esperan agazapados su momento de revancha por la pérdida de poder.

Si bien los presupuestos de 2022 son para celebrarlos sí sería conveniente no perder de vista quienes son unos en la oposición y cuales otros. Porque a pesar de todos los matices – lícitos- que un partido como VOX quiera añadir o por los cuales oponerse, no deja de ser un socio que permite precisamente que se haya llegado a este momento de legislatura y a la posibilidad de presupuestar. Y porque no resulta muy liberal esgrimir la tremenda y muy social inversión presupuestaria como dogma de fe  en el que no quepa la discrepancia. Eso recuerda demasiado al talante de los socios que ahora se buscan para el consenso pero que no nos dieron a los cordobeses ni agua en los años precedentes.