Otra comisión ¿Y van…?


Desde el lugar que me encuentro, aprovechando unos días de descanso, no dejo de seguir las noticias que los medios de comunicación nos trasladan sobre el devenir de nuestra ciudad. Ayer me decían que se iba a celebrar una reunión en el CRV para tratar sobre el impacto visual en el casco histórico. Con quien departía en agradable tertulia me atrevía a aseverar que esa reunión terminaría con la creación de una comisión al uso. La noticia se ha confirmado en todo su extremo.

Una comisión más. Ignoro cuántas comisiones se han podido crear en estos dos últimos años, quizás 15, 20, más… no sé. Tampoco me encuentro en condiciones de asegurar cuán productivas han llegado a ser, pero lo cierto es que puede llegar a cumplirse ese dicho ya extendido: si quieres ganar tiempo, si deseas que algo duerma el sueño de los justos… crea una comisión.

De todos es sabido que una comisión la conforman un “conjunto de personas elegidas para realizar una determinada labor en representación de un colectivo” y que tiene un objetivo concreto y realizable en un tiempo determinado. Su tarea es llegar a un consenso fruto del acuerdo de todas las partes o la no oposición de alguna de ellas. El consenso no pasa porque todos aquellos que piensan diferente acepten mi opinión y mis condiciones. Como afirma Gloria Álvarez en su libro “Como hablar con un progre”, no se puede utilizar el consenso como parapeto de la incapacidad para llegar acuerdos o como excusa para eludir responsabilidades, para acusar a los rivales de intransigentes porque no se arrodillen ante mis postulados.

Esta nueva comisión no debería caer en el mismo error que la de los veladores donde las partes han terminado como el rosario de la aurora. No solo se puede poner el acento del impacto visual en aquellos que realizan alguna actividad empresarial sea de la índole que sea. Estoy con el Sr. García en que hay que hacer cumplir la normativa. Por esta misma razón, debe ser primero el Ayuntamiento quien de ejemplo en el cumplimiento de la misma y ponga en marcha lo expuesto en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico y que supone ejecutar las disposiciones en lo referente a las infraestructuras que le corresponde: red de abastecimiento, recogida de aguas, alumbrado, vuelos de cables, contenedores, señalética… porque también a esto se refiere la UNESCO cuando habla de impacto visual, y más en aquel espacio de nuestro conjunto histórico que es patrimonio de la humanidad desde 1994.

Y hablando del placer que supone al cogobierno la creación de comisiones, sin ser profeta ni hijo de profeta, vislumbro en el horizonte la creación de otra comisión por la conveniencia o no de crear una playa artificial en Córdoba, visto lo visto tras las últimas declaraciones del Sr. García. No estaría mal, que nuestra alcaldesa bajara al terreno de juego y comenzara a liderar esta hermosa y única ciudad llamada Córdoba.

Está claro que es tarea de todos, y el consenso pasa porque las partes crean en la bondad del objetivo, pongan los medios, establezcan tiempos… y todos sean flexibles, escuchen, compartan y nos alegremos de construir la mejor ciudad.