Isabel, los niños para cuándo


Nuestra alcaldesa, tras las elecciones autonómicas, ha entrado en estado de pánico y prisas. Con más desconcierto que acierto desea in extremis salvar una legislatura inocua, que ha dejado en el baúl de los recuerdos aquellos cuatro ejes que repetía como un mantra, con el que intentó ilusionarnos en su proyecto de ciudad. Este esfuerzo titánico para recuperar la confianza, no alcanza a taponar las vías de agua de un Consistorio incapaz de dar respuesta a las demandas más perentorias de la ciudadanía.

Entre estas está la atención a la infancia, a nuestros niños y niñas. Me he permitido el lujo de volver a leer el programa del Partido Socialista con respecto a la infancia. En el mismo, nuestra alcaldesa, se comprometía a dedicar una atención prioritaria a los más pequeños. Denostaba la política en esta materia llevada a cabo por su predecesor, José Antonio Nieto, afirmando que “las políticas dirigidas a la infancia y adolescencia han sufrido un severo retroceso a lo largo de esta legislatura”.

Visto lo visto, en esta materia su mandato ha dejado mucho que desear. Comencemos por la climatización de los centros escolares públicos, una demanda constante de las familias dada la importancia de generar un clima apropiado para el trabajo y el estudio. Muchas promesas y pocas acciones concretas. Igualmente, la limpieza y conservación; aquí al inicio de curso se llenaron de gloria ustedes solitos, sin oposición, recuerdo, que en un centro de la periferia las familias de los alumnos llevaron a cabo la limpieza y adecentamiento del patio, y al día siguiente su socio de gobierno, a la postre responsable de SADECO, se permitía publicar en su web las tareas de mantenimiento que realizaba esta empresa pública apropiándose un trabajo realizado por los padres. En definitiva, vergonzoso. No sólo no cumplen con su obligación, sino que se atribuyen el trabajo y corresponsabilidad ajena.

Caso IMDECO. Esto clama al cielo. Una actividad dotada en los presupuestos con una cuantía de 184.086,40 €, que tenía que haber comenzado en el mes de noviembre y que por inacción de los responsables tiene a más de 7.000 niños sin deporte. Peor aún, la medida que toma la alcaldesa es destituir al gerente y no solucionar el problema. Es decir, ceso a un individuo, pongo el ojo de la ira en éste y me pongo de perfil, y el problema sin resolverse. La medida más lógica habría sido capitanear el proceso de puesta en marcha y luego después depurar responsabilidades, y facilitar que los más pequeños vuelvan a sonreír haciendo lo que más les gusta, jugar. Esto va a tener muy mal apaño y esto cuenta luego en la cajita de metacrilato a la hora de depositar el voto.

Otra más, el cierre momentáneo del parque vial porque los trabajadores están de baja por enfermedad y no se han cubierto las sustituciones. Tienen que soportar bajas temperaturas propias de la época ya que no disponen de la climatización oportuna. Esto conlleva que se suspendan actividades programadas cuyos destinatarios son los más pequeños que según he sabido por las noticias de prensa suelen ser de una media de 200 a 300 niños por día. Esto es algo muy fuerte, se ve que los niños no están en la actividad prioritaria de nuestro Ayuntamiento.

Y la última, el proyecto o programa “Camino al cole” se suspende el lunes porque no se ha renovado. Es decir, la dejadez de los responsables en cumplir los procesos administrativos oportunos. Cientos de niños que tienen un itinerario seguro, saludable y sostenible para acudir todos los días a la escuela en el centro de la ciudad, se ve cercenado por incapacidad o indolencia de los responsables del programa. Pierden los niños en seguridad, ganan en temor y preocupación las familias y un buen número de monitores pasan a engrosar la lista del paro. Olé ahí, la prioridad del programa de nuestro Ayuntamiento es generar políticas antisociales y perjudiciales para la infancia, conciliación familiar, convirtiéndose en una agencia de desempleo.

Está claro, querida alcaldesa, que los niños no están en la prioridad política de esta legislatura. En tanto, 120 millones de euros en la caja que no se han podido aplicar en inversiones o gasto por cuestiones burocráticas. Esto es deprimente y bochornoso. No obstante, lo expuesto anteriormente evidencia el desgobierno, falta de interés y preocupación por los más pequeños. Por eso, insisto, los niños para cuándo.