Lo que te digo, compadre


Lo que te digo, compadre. Aquí, para enterarte de algo, hay que estudiar. Sí. Pero no tienes que ir a la universidad ni a ningún otro centro de formación. Eso no sirve de nada. Aquí lo que vale es el máster de partido. El mismo… no te equivocas… Ese que te enseña a calentar sillón, a ser un chupatintas que, aunque peines canas, te pongas a hacer el pasillo como vil adolescente al delegado perverso, malo, fatuo, lelo, que vende humo y llega a creerse que es lo más, y los demás, servilmente se inclinan a adorarlo como un becerro. 

Lo que te digo, compadre. El lunes me levanto observando que en Twitter el PSOE de Andalucía y todas las turbas comienzan a mover una encuesta que han pagado y que han conseguido que su grupo mediático de cabecera coloque en portada y, como posesos, intentan convencer al personal como el Sabina con “Blanco Herrera”, que no estaba muerto, sino que siguen muy vivos los que durante 37 años han estado de parranda, mariscadas, cervecitas, sitios de moral relajada. Y en tanto, la oficina de la Junta coincide en publicar otra encuesta donde los números bendicen y santifican el primer año de gobierno andaluz de color azul con una ayudita naranja y la anuencia de los verdes. Aquí, compadre, mejor quedarse en los colores por aquello de que podemos terminar con grilletes por lo de la memoria histórica.

Lo que te digo, compadre. Vaya fin de semana que hemos tenido. He estado en un sinvivir, viendo cómo una y otra vez a nuestro Pedrito le caía lo más grande. Pero menos mal. Lo ha conseguido. Está contento, y con él, todos sus adláteres. Dice que ha conseguido un acuerdo histórico y no le falta razón. Los enanos del norte nos han birlado soberanía, nos han cosido los bolsillos a media altura, y encima nos van a decir cuándo y cómo vamos a meter la mano en la hucha y para qué. Total, que para eso, mejor se hubiera quedado con “coletillas” jugando al parchís y dejara a los mayores con las cosas de comer.

En fin, compadre, lo que te digo, que mejor es decirle al desaborido del tabernero que eche otro medio y se gaste algo más que la tiza. Está visto que otra vez nos va a tocar a los mismos levantar esta losa que nos echan los mismos ineptos y aprovechados de siempre. Y luego, como siempre, dirán que la culpa es de los curas y que si la Iglesia esto o aquello. Lo que te digo, compadre, más de lo mismo. 

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