El corazón en vilo


Cuando se aproxima el final de estos amargos días de búsqueda del pequeño Julen, con el corazón encogido por la todavía incógnita de lo que encontrarán al final del dificultoso túnel, tenemos que destacar la solidaridad y entrega de cientos, miles de personas que están ofreciéndose en cuerpo y alma para facilitar las tareas de búsqueda y apoyar a la familia en estos durísimos momentos.

Hablamos cada día de lo problemático de la naturaleza humana, de cómo casi a diario las muertes por violencia de género ocupan las noticias de radio y televisión, del maltrato hasta la muerte de bebés en manos de sus progenitores, de violaciones de chicas previamente drogadas en sus bebidas, asesinatos de jóvenes que sacan a sus perros a pasear o hacen ejercicio físico en las proximidades de sus casas, secuestros,  y todo tipo de atentado hacia el ser humano.

Y es cierto, esta es la realidad, pero no podemos obviar que entre tanta maldad, es mucho más elevado el número de personas que dedican su vida por y para los demás, haciendo el bien.

No solamente  en el caso de Julen se está poniendo esto de manifiesto, pero sí que se está experimentando de tal manera que llama poderosamente la atención. La Guardia Civil, los bomberos, los mineros llegados desde el norte de España, los ingenieros especialistas en estos temas que han llegado de todas las partes del país y permanecen sin moverse del sitio, vigilando, controlando las operaciones que se están realizando, con el corazón en vilo, sin perder la esperanza de encontrar al pequeño con vida.

Una empresa de Murcia ha fabricado en 8 horas unos tubos que introducirán a los mineros en el pozo y que hubiesen tardado 48  horas mínimo en condiciones normales. Otra de Málaga ha cedido sus cámaras de fibra óptica para tener visión en el pozo. Un equipo de rescatadores asturianos especializados en rescates mineros, llegaron el segundo día y no se han movido ni un solo minuto del lugar.

Una asociación de mujeres de Totalán prepara cada día raciones de desayunos, comidas y cenas para los cientos de personas que trabajan día y noche sin descanso. Todo el pueblo volcado en la familia del pequeño y en todos los que están colaborando en esta ardua tarea.

Pero como decía, no solamente estamos viendo la bondad del ser humano en este caso. Conocemos la vida de cientos de misioneros que abandonando sus raíces y su familia ofrecen hasta su última gota de sangre por los demás. Médicos, enfermeros, voluntarios,…., seres humanos a los que no les importa arriesgarse por y para los otros.

Y ya, si somos conscientes de la cantidad de donaciones de órganos que va aumentando día a día y que salvan miles de vidas, pensaremos, que aunque donde está el hombre, está el bien y el mal, es mucho más lo positivo que lo negativo que podemos esperar del ser humano.

Pero claro, esto vende mucho menos.

En los últimos días en que estamos más pendientes de las noticias por saber de la solución de Totalán, estamos dándonos cuenta de que los telediarios son funestos, sólo noticias negativas. Y esto hasta en los deportes.

Antes se comentaban los resultados obtenidos por los equipos en los partidos de fútbol (sobre todo), baloncesto y demás. Ahora, en este apartado, se comentan los abusos de los entrenadores, los puñetazos en los partidos, las agresiones verbales y físicas en todos los niveles del deporte.

Por no hablar de la problemática entre los taxistas y los Uber. No es el problema lo que se comenta, son las pedradas que se tiran, los coches que se queman, o las personas que se tiran debajo de un coche para denunciar una situación concreta.

En fin…., vende mucho más lo malo que resaltar el valor del ser humano, su parte buena, que no es poca y su enorme importancia en el día a día.

Ojalá y nunca perdamos la esperanza en el hombre, como no la perdamos en encontrar al pequeño Julen con vida, aunque continuemos con el corazón en vilo.