Tiempo de Cuaresma… en la educación


Ya mismo, más pronto que tarde, empezaremos el tiempo de cuaresma. Tiempo litúrgico de reflexión y preparación para el grandísimo acontecimiento que se avecina. Y como si de una cuaresma particular se tratara,  comienza el tiempo de reflexión de los padres que tienen que buscar un colegio para matricular a sus hijos por primera vez.

Sé que la comparación puede ser fuerte, o al menos pudiera resultar irrespetuosa, pero nada más lejos de mi intención. Es que se me presenta como una labor ardua y no exenta de sufrimiento la que los padres tienen que pasar hasta conseguir un colegio que se adecue al deseo y sentir de la familia sobre la educación de sus hijos, y que también, como en cuaresma, implica un amplio periodo de reflexión y preparación.

Si no conociéramos el pensamiento del partido político que ha estado ocupando la Junta de Andalucía durante todos estos años, podríamos pensar que lo han organizado a cosa hecha. Prácticamente coinciden los tiempos para visitar colegios, tiempos de puertas abiertas, en los que las redes sociales, Facebook, Twitter, webs de los colegios, etc., nos ofrecen su centro resaltando instalaciones, educación en bilingüismo, preparación del profesorado, cursos en el extranjeros, y un largo etc.. que hace que, a los padres, por cada centro que visitan les surjan nuevas dudas.

¿Qué hacer, en qué fijarnos para elegir el colegio en el que pasarán nuestros hijos la mayor parte de sus días en los próximos años? ¿Y si el que reúne los requisitos que a mí me gustan o satisface casi todas las necesidades, queda lejos de casa y no me corresponde por domicilio por no tener puntos suficientes en la baremación?

Y como en tiempos de cuaresma, reflexionarán, observarán detenidamente, estudiarán condiciones,  las sopesarán, medirán la distancia del domicilio, analizarán los valores ofertados, y un larguísimo etc. … de cosas a tener en cuenta, que sin duda, los cuarenta días se quedan cortos para hacerse una idea clara de lo que deben hacer.

Y es que, el tan traído y llevado derecho a la educación,  recogido en el artículo 27 de la Constitución Española, no es tan tal. En fin, intentaré explicarme.

Este artículo reconoce la libertad de enseñanza en su apartado primero. Pero, ¿de verdad que los padres pueden escoger libremente el centro que quieran para sus hijos? Acudan a dicho centro y dígale a la secretaria/o que le atiende, que quiere matricular allí a su hijo, verá la carita que se le queda. Comienza un auténtico vía crucis: rellene papeles, aporte documentación en la que se acredite dónde vive, cuánto gana, dónde está el domicilio de su trabajo, cuántos hermanos, si los tiene, están en el mismo centro, en fin….., y un montón de papeles más.

Después plazos, listas, movimientos de listas,  adjudicaciones provisionales, listas definitivas, reclamaciones, y …, miles de trámites que hay que seguir y esperar pacientemente para ver cuál será al final el colegio donde terminará siendo admitido mi hijo, este lugar tan sumamente importante para la vida de él y de toda la familia.

Por no meternos en la cuestión de dónde queda el deber de los poderes públicos de  garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones, que recoge el artículo 27.3 C.E.

¿Formación religiosa? Eso para el ámbito privado. Si usted lo desea apunte a sus hijos a catequesis o llévelos donde le parezca, pero eso ha quedado ya antiguo y estamos en un estado aconfesional (Respuesta recibida por padres que exigen este derecho a la hora de elegir un centro concertado de ideario religioso). Pero no me voy a detener en ello, pues daría para otra reflexión y no sería breve.

Derecho a la libertad de educación, recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, considerado derecho fundamental, desarrollado ampliamente en nuestra Constitución Española de 1978, y al final ¿qué? Quedará a los criterios administrativos pertinentes la formación que usted desea para sus hijos, ellos son los que decidirán dónde debe recibir su hijo la formación de la que dependerá en gran medida el desarrollo de su vida, y no proteste, pues según ellos, la igualdad de todos ante la ley, le llevará a aquél o este colegio porque así lo han decidido los poderes públicos, sin importar si el ideario del colegio coincide con el que quiere para su hijo. De adoctrinar ya se encarga el Estado.

Desde aquí desear a todos los padres que se encuentren en este momento de su vida que tengan suerte, mucha suerte porque la educación en un centro u otro no es cosa baladí.