¿Estará en la comida, en el agua, en el aire?


Algo hay, no se muy bien dónde, pero algo hay. Lo comemos, lo bebemos o lo respiramos, pero lo que sea que sea nos están intoxicando, porque si no, la cosa sería muchísimo más grave, habríamos de considerar que sería defecto de fábrica, y hasta ahí, creo que no.

Y digo esto porque abres las noticias y te encuentras una cantidad de, no se muy bien como llamarlos, porque noticias serias no, desde luego. Y lo peor es que de estas sandeces se hacen eco la prensa y los telediarios de las principales cadenas de TV del país.

¿Pues no sale un muchacho, en apariencia normal, que está dispuesto a demandar a sus padres porque no le pidieron consentimiento expreso para nacer?  Es más, quiere que todos aquellos que lo puedan escuchar, comprendan que por ello, no les deben nada a sus padres, que los nacidos (todos somos fruto de nuestros padres), somos una especie de víctimas traídas a un mundo en el que sufriremos y al que no hemos pedido venir.

Cuando lo leí me sonó a burla, a inocentada, a decir por decir, ya que el mismo chico aclara que él no tiene nada en concreto contra sus padres, es más, que incluso los quiere, que no les encuentra mala fe. Pero sigue señalando que no es moralmente correcto que las personas procreen  ya que la humanidad solo trae sufrimiento.

¡Ay Dios mío!, como haya dos que se tomen esto en serio y empiecen a divulgarlo nos vamos al garete en tres días.

¿Y cómo es posible que se conviertan en noticias semejantes imbecilidades y temas tan importantes como las leyes que posibilitan el aborto en cualquier momento de la gestación, los Kits de suicidio que ya se dispensan en algunos países del norte de Europa, la infame vida que llevan los que por miles pueblan los campos de refugiados en países no muy lejanos al nuestro, o de los cientos de vida que se arriesgan todos los días en esas mortíferas pateras para poder soñar con una vida algo mejor?

Podríamos hacer una lista larguísima de temas prioritarios que sí que están poniendo en peligro a la humanidad y que serían auténticas noticias, de primera, y entre ellos contaríamos también con la escasez de niños que las sociedades actuales tienen por ser incompatible la conciliación familiar con el trabajo ( y no porque los padres tengan que pedir el consentimiento para traer hijos al mundo) hoy necesario para poder desarrollar la vida digna a la que todos tenemos derecho; o los millones de personas que en este siglo siguen muriendo de hambre y de sed, cuando en otros  lugares se cuentan por miles de toneladas las comidas tiradas a la basura; o el saber que hay muchos, muchísimos niños que no llegarán a alcanzar la mayoría de edad por no contar con unos pocos céntimos para unas vacunas que les salvarían la vida;  y tantas y tantas cosas de las que somos conscientes y a las que nos vamos acostumbrando, que ya ni siquiera suponen para nosotros algo que nos remueva en nuestro corazón.

En definitiva, será cuestión de elegir una comida, bebida y vida saludable para evitar caer en los pensamientos demandantes que a algunos se les cruza por su cabeza.