De vuelta otra vez


Todos los septiembres se presentan como una vuelta. La vuelta al colegio, al trabajo, a casa aquellos que hemos podido disfrutar de unas vacaciones, a la rutina, a la bendita rutina y normalidad.

Pero a pesar de ser siempre lo mismo, nunca volvemos igual. De hecho, no somos iguales de un año a otro, ni las circunstancias, ni siquiera el tiempo a pesar de que en nuestra bendita tierra no nos libramos tan pronto como quisiéramos del calor.

Volvemos a retomar la vida que hemos variado ligeramente durante el verano, pero si analizamos lo que nos rodea, muy poquito ha cambiado.

Las noticias, ya sea en la televisión o en la radio, en papel, imágenes o digitales no dejan de bombardearnos con más de lo mismo; ¿tendremos otras elecciones, serán capaces nuestros políticos de llegar a un acuerdo antes de convocar unas nuevas?, el número elevadísimo de desempleados que vuelve a haber en el mes de septiembre, la caída libre del mercado, tanto en la venta del sector automovilístico, como en cualquier otro y un etcétera casi interminable de las actitudes de algunos de nuestros políticos, que da hasta cierto reparo mencionar, y eso que no he hecho referencia a la subida de sueldos que han tenido a bien hacer.

Delante de nuestras narices, vemos que ante las adversidades que se están dando en nuestro país, algunos políticos (aunque hay que señalar que no todos), se han ido de vacaciones, como si todo estuviera del 10.

Hemos tenido un  verano en este sentido movidito. Utilización de vehículos oficiales para desplazamientos personales, dietas cobradas indebidamente, movilización de barcos de la armada para realizar operaciones que podrían haberse hecho por otros medios mucho menos costosos, más rápidos, apropiados y bastante menos polémicos.

Y mientras seguimos, seguimos intentando continuar con nuestra rutina. Incorporarnos, los que tenemos la enorme fortuna de tenerlo, a nuestros trabajos. Aunque no lo hacemos de manera alegre y agradecida por el privilegio que ello supone, solemos protestar de lo cortas que han sido nuestras vacaciones, de lo incómodo que es trabajar con calor, de volver a lo mismo y así consumir nuestros días con un “más de lo mismo”, sin pensar en ningún momento en la cantidad de personas que no podrán hacerlo, que ya no podrán volver al trabajo que tenían, ni retomar sus vidas de la manera en que estaban acostumbradas.

Pero aquí estamos, sin ser capaces de ver la realidad hacia la que vamos , y a la que como no pongamos remedio y pronto, volveremos a vernosinsertos otra vez en una gran crisis económica, muy similar a la que habíamos comenzado, que no terminado, a superar.

Es hora de que nuestros representantes se sienten de una vez por todas y analicen lo que tienen delante, tomando decisiones que puedan solucionar el rumbo que está tomando nuestro país y se dejen de querer ocupar su sillón sin más consideración hacia el ciudadano.

A pesar de todo esto, la esperanza nunca se puede perder y confiemos en que de una vez por todas se decidan a trabajar, tengamos un presidente y un gobierno que sepan llevar en condiciones las riendas de nuestro país y que haga que todos queramos estar “de vuelta otra vez”.