Le pregunta el querubín al serafín:
¿Hay mucho nivel?
El Jueves Santo puso de manifiesto algo que se intuía y, en parte, se sabía: hay capataces muy buenos y otros han mejorado mucho. Se vio en varias cofradías que el andar fue inmejorable. Y en otra, que estaba de estreno, resultó brillante.
¿Qué les han dado?
Hay una banda que lo que lo que toque lo hace a la perfección. Ya sea en clásico o en otro estilo, cada marcha es un despliegue para los sentidos. Antes del parón ya eran buenos y, en dos años sin casi poder ensayar hasta los últimos meses, han vuelto mejor que se fueron.
Viendo a su Virgen
Era la primera vez que salía en procesión y, entre la hilera de devotos, discreto en una acera, estaba su imaginero. La Virgen lucía espectacular y verla en la calle, bajo palio, fue una auténtica alegría y un disfrute.
