No me importa el Gobierno. Que le den!


Hoy quería, porque lo necesitaba, escribir desde la esperanza, desde la confianza en el futuro, desde un único punto de vista: el positivo, porque sí, porque estoy seguro de que los españoles podemos con todo, a pesar de este gobierno.

Hoy he decidido pasar de esa actitud del gobierno de querernos hacer ver que esta puñetera (no puedo poner aquí la palabra que se merece) crisis del Covid-19 sólo son estadísticas o números, como si esas cifras inmensas de afectados y muertos no fueran personas las que están detrás, porque para mí sí que tienen nombres y apellidos, algunos muy cercanos, por los que rezamos todos los días y confiamos en los sanitarios, en su gran profesionalidad, en que van a salir adelante, aún cuando siguen luchando con tirachinas en una guerra atómica, y este gobierno sigue sin darles ni medios, ni protección o les empieza a llegar a cuenta gotas cuando ya llevamos casi un mes de estado de alarma.

Hoy ni siquiera me importa que el presidente de este gobierno falte el respeto a la víctimas de esta crisis sanitaria mal gestionada, a los enfermos y a todos sus familiares, compareciendo en el Congreso de los Diputados sólo preocupado por su propaganda, sin la más mínima humildad ni humanidad, ni siquiera en la forma de vestir, llevando una corbata roja cuando debería tener sobre su conciencia mas de 15.000 muertos y haber declarado luto nacional. Hace tiempo que ya decliné pensar que el Sr. Sánchez tuviera más conciencia y más valores que su propio ego y su avaricia de poder.

Hoy tampoco me importa que al Sr. vicepresidente del gobierno sólo le preocupe estar en el “candelabro” y saltarse la cuarentena y poner en riesgo a todo el que le rodea con tal de salir en la foto y seguir influenciando en las decisiones bolivarianas del gobierno y que ya no quitan el sueño a quien hace poco confesaba que sufría insomnio al pensar en negociar con él.

Hoy me da igual que la portavoz en el Congreso del partido del gobierno, que en su día fue un gran partido que luchaba por el bien de la democracia y de la nación, Sra. Lastra, se dedique a insultar y menospreciar a toda la oposición y en especial al segundo partido más votados por los españoles. Tampoco da para más. Ya lo ha demostrado. Solo busca que la oposición salte y poder echarle la culpa de la falta de unidad y de la incompetencia del gobierno que sostiene.

Hoy, incluso, me importa un bledo que esta gente que nos gobierna no les de la más mínima vergüenza la hemeroteca y escuchar en sus propias bocas las críticas que en su día hacían al gobierno de turno por mucho menos de lo que ellos están haciendo, pero el silencio y el hacer silenciar parece que lo cura todo. Pero no, la gente tenemos memoria, y a los que nos puede fallar, los archivos gráficos y sonoros nos lo recuerdan.

Hoy me conformo con ver que, al menos, el otro lado de la esfera política, la oposición, no entra en la provocación (a pesar de tener materia para estar todo el día, con verdades como puños y no con mentiras y bulos como habían sufrido cuando les tocó gobernar situaciones difíciles), ni en el engaño de pasar a un lenguaje de confrontación para hacerlos responsables de la ruptura que buscan y desean desde el gobierno.

Hoy me congratulo de que sí hay políticos que saben cual es el papel que toca ahora, que es salvar vidas y reducir el dolor, que dentro de las pequeñas capacidades que les ha dejado el gobierno con el estado de alarma, desde sus gobiernos en comunidades autónomas y ayuntamientos están sólo preocupados por lo importante, por los seres humanos que están sufriendo y por superar la crisis sanitaria como objetivo primordial en estos momentos. Ya habrá tiempo y espero que también estén a la altura de exigir responsabilidades.

Porque hoy lo más importante es la esperanza. La esperanza de que hay muchos, entre ellos esas personas muy cercanas a las que me refería al principio, que gracias a Dios y a esos sanitarios que se dejan la piel, y la vida, ya han vuelto a casa o que pasito a pasito (aunque sean muy cortos) vamos recibiendo buenas noticias y esperando que las de mañana sean mejor, porque ellos y sus familias son lo importante y a los que hay que respetar y acompañar.

Porque la esperanza somos los propios ciudadanos que sí somos responsables y cumplimos nuestras obligaciones y nos volcamos en solidaridad y caridad. ¡Ay que buenos vasallos si hubiera buen señor!

Y no me falta la esperanza de que en lo económico también saldremos adelante y no por lo que hagan los que nos gobiernan, sino porque los españoles somos de otra pasta, porque sabemos trabajar y luchar por lo nuestro, porque nunca abandonamos y porque nos jugaremos lo que haga falta con tal de que volvamos a ser ese país envidiado en el mundo entero por su calidad de vida, por sus tierras y por sus gentes.

Por eso le digo a este gobierno que le den, ya vendremos los de a píe a sacar esto adelante, si de todas formas no va a tocar pagarlo a nosotros, sólo preocúpense de que no se quede mucha más gente en el camino y que nos quede libertad suficiente para pedirles rendir cuentas.

P.D. San Rafael protégenos de todo mal.