El Falcon del presidente


Es cínico hablar de protección de los más débiles cuando se malgasta así el dinero que con tanto esfuerzo cuesta ganar

Ante la negativa de Moncloa de informar sobre el uso de medios aéreos por parte de Pedro Sánchez, se abre el debate del uso de los medios de transporte oficiales por la autoridad de turno, y, aunque parece que este tema nos lo tomamos a broma, es una muestra de cómo se malgasta el dinero del contribuyente, a quien no se para de adelgazarle el bolsillo a golpe de impuestos.

Parece que esto del uso de los coches oficiales (entiéndase cualquier medio de transporte) era un tema de la antigua España donde las autoridades aprovechaban el coche oficial para llevar a los niños al colegio o a la esposa a la compra. Al menos eso decían. Sin embargo, aquello, que ciertamente estaba muy feo y se hacía un uso indebido de los bienes y servicios públicos, sería hoy el chocolate del loro comparado con el despilfarro de nuestro presidente de gobierno.

Pero ahí está el señor Sánchez que no hay manera de que la recriminación de la oposición le haga bajarse del “burro Falcon” ya que, al parecer, para sus seguidores esto no tiene importancia, considerándolo, a lo sumo, sólo un pequeño capricho que se da el César y aquí estamos los tontos de turno para pagarlo.

No cuestiono, en absoluto, que el presidente, para actos oficiales, haga uso de medios oficiales, los que sean, los que hagan falta, pero si que debemos exigir, al menos como ejemplo de austeridad que luego se pide a los ciudadanos, que sean los medios adecuados más económicos para el erario público.

Cuando de Madrid a Málaga se tarda 2 horas y 45 minutos en AVE, o 2 horas y 20 minutos a Alicante, no parece muy honrado que con el dinero de todos para ese mismo trayecto el señor presidente haya necesitado que un helicóptero se desplazase desde su base a Moncloa para recogerlo, trasladarle al aeropuerto para tomar el Falcon, y vuelta a base vacío. Es decir cuatro desplazamientos aéreos para ir a Málaga o a Alicante y, lógicamente otros cuatro de vuelta.

¿En qué momento se ha pensado en el españolito de turno que paga sus impuestos? ¿Para eso es para lo que se suben más y más?

Es tremendo el coste que supone uno de estos desplazamientos sin sentido, máxime si, además, sumamos que el trayecto en AVE tanto a Málaga como a Alicante (por seguir con el ejemplo) no supone un mayor coste al Estado, pues ya está programado y quienes lo usen pagan su billete. Y todo ello sin saber si, además, para desplazarse por Málaga o Alicante hizo trasladar su coche oficial desde Madrid para ello.

Es evidente que le importamos un bledo y que está allí para disfrutar del momento.

Cuando se le pregunta y solicita informes sobre estos viajes, no es solo porque éstos se hubiesen aprovechado para actos particulares o de partido,  que también, sino porque nos gustaría saber a cuánto asciende cada viajecito de turno, a fin de compararlo con el billete más caro en AVE a Málaga que no llega a los 90,00 € o a 60,00 € a Alicante.

Pero aún el Sr. Sánchez nos considera más tontos al negarnos su respuesta en base a la Ley de Secretos Oficiales. Suponemos que en consideración a no dar información sobre sus planes de desplazamiento.

Absurda y ridícula respuesta pues lo que se le pregunta es por los viajes realizados que, evidentemente, ya no suponen ningún riesgo para su persona, siendo una muestra más, también, de su falta de respeto por las Instituciones del Estado y la división de poderes al negar el control del Ejecutivo por el Congreso de los Diputados (sede de la soberanía nacional).

De todas formas no hace falta ninguna respuesta a estos actos pues con muy poco queda retratada la persona.

Todo esto, junto con otras muchas muestras más de cesarismo en los dos años (si, sólo dos) de gobierno de esta legislatura, demuestran que este Gobierno vive en un mundo paralelo, pensando sólo en su bienestar y en mantenerse en la poltrona, importándole poco o nada los ciudadanos. Es cínico hablar de protección de los más débiles cuando se malgasta así el dinero que con tanto esfuerzo cuesta ganar y del que se lleva un buen pellizco en impuestos.

Sólo me queda una duda ¿usará el Sr. Presidente estos viajes para cuestiones inconfesable y por ello lo oculta?