El compañero de viaje


Cabe preguntarse, no obstante, qué es lo que ocurre cuando todas las irregularidades parten de un mismo lado

Reunión del equipo de gobierno bellido albás
Primera reunión del equipo de gobierno. /Foto: LVC

Asistimos en estos días a una nueva prueba de solvencia y liderazgo en el equipo de gobierno local. El asunto del área de Infraestructuras, con un histórico de contratos menores en los que la Fiscalía ha visto indicios de prevaricación y falsedad en documento público, es otro coup de force para el alcalde que deberá demostrar templanza, decisión y sobre todo, responsabilidad.

Resulta llamativo que tras haber superado lo más duro de la pandemia, haber conseguido para Córdoba la Base Logística del Ejército y colocar de nuevo a la ciudad en el destino turístico privilegiado de hace un par de años – por nombrar solo algunos logros en este mandato- los quebraderos de cabeza tanto para el primer edil como a la postre para el equipo de gobierno hayan venido siempre desde uno de los socios en Capitulares.

Así podemos recordar la salida de la concejal de servicios sociales por incompatibilidad con su profesión como procuradora, que mantenía en activo; el folletín en el Instituto Municipal de Deportes que acabó en una comisión que ahora espera conclusiones – caso Torrejimeno-; las facturas de FITUR que han salpicado a Turismo, y ahora el asunto turbio en Infraestructuras, siendo este último el más agrio por cuanto ya se ha cobrado a una primera víctima- la coordinadora general- y en él se pueden dirimir responsabilidades penales. Todos ellos tienen el común denominador de que afectan a Ciudadanos, el partido al que corresponden estas áreas y/o concejalías.

Si por algo se caracteriza el Gobierno de la Junta de Andalucía es por el trabajo al unísono: a pesar de los intereses legítimos que cada formación política tenga, el gobierno andaluz es un excelente ejemplo de que el tándem PP/Ciudadanos ha sabido dar una impronta a la administración en la que afortunadamente para los contribuyentes la dirección es una y las lindes partidistas no suponen un problema cuando las estrategias electoralistas asoman – nunca se van- y se gobierna en el cortoplacismo de la cita con las urnas. En el Ayuntamiento de Córdoba ese tándem que también se da sufre las interferencias de uno de los socios que, por otra parte, desvían la atención en lo verdaderamente importante y es que a pesar de todo, este es un mandato que está resultando beneficioso para la ciudad gracias al trabajo de los dos partidos.

Cabe preguntarse, no obstante, qué es lo que ocurre cuando todas las irregularidades parten de un mismo lado y en muchos casos más provocadas por torpezas que por aparentemente por mala fe, aunque en el caso de Infraestructuras sea la justicia quien dirima ello. La política es un juego difícil y siempre ingrato para sus protagonistas. Consume las vidas de los que la practican, porque el poder, ejercido en mayor o menor medida, con más o menos tiempo, acaba cobrándose su precio.

Ocurre que en esta ocasión y en este mandato uno de los compañeros de viaje – mal asesorado-  acabe pagando un elevado precio que a nivel nacional y con asuntos mucho más graves el electorado no castiga, y se empañe el trabajo de un equipo que a pesar de las siglas distintas trata de sacar una ciudad adelante.