De la corrección política y la libertad


De eso se ha hablado esta semana en Córdoba, gracias a la ACdP en la jornadas Católicos y Vida Pública

corrección
Jornadas Católicos y Vida Pública. /Foto: Jesús Caparrós

La denominada corrección política no es algo nuevo y como corriente de pensamiento y acción lleva décadas implantándose en las democracias liberales. De hecho nace principalmente en una democracia liberal como la estadounidense y auspiciada por pensadores marxistas y neomarxistas que trataron de que sus tesis se ejercieran en campos donde tuvieran mejor implantación que en la propia historia, porque la historia había dado la espalda al marxismo en su traslación a la política y la sociedad. Se buscaba un nuevo hombre- por supuesto ajeno a la idea del Dios cristiano- y se trató de hacer mediante estrategias identitarias y sustitutivas de la lucha de clases. Hemos llegado al siglo XXI con jóvenes blancos y europeos que se ven como auténticos opresores – sin serlo, claro- de nuevas identidades o géneros ‘oprimidos’ para que la fallida lucha de clases y la dialéctica marxista siga pareciendo que es eficaz. Lo es desde luego, en todas las consecuencias negativas que ella conlleva, y la pérdida de libertad es una de ellas. O quizá la principal.

Porque toda esta estructura social que se encuadra en el posmodernismo no podría aplicarse sin cortapisas, sin unas nuevas reglas, sin un maniqueísmo disfrazado de bondad, sin ‘causas justas’ que la disfracen de obligado horizonte que alcanzar. Lo viene haciendo poco a poco y con constante denuedo. Se ha infiltrado en la clase política, en los medios de comunicación , en la escuelas y sobre todo en las universidades, que desde hace décadas son las verdaderas ‘formadoras’ de las nuevas élites que imprimen al mundo esta liberticida manera de vivir, de ver la vida, de tener otras esperanzas que no sean las ‘correctas’.

Como quiera que la religión, y sobre todo la cristiana, ha sido un claro e histórico  dique de contención a esta totalitaria manera de vivir, es desde la religión desde donde se invita no solo a la reflexión sino también a la resistencia frente a la corrección política y su estatista imposición. En España, y con el Gobierno socialcomunista, asistimos de facto a una imposición del pensamiento único a golpe de decreto ley y de juicios sumarísimos a través de una manipulada opinión pública y de medios de comunicación afines, que son casi todos. De eso se ha hablado esta semana en Córdoba, gracias a la ACdP en la jornadas Católicos y Vida Pública, y en la que también ha tenido oportunidad de intervenir La Voz de Córdoba. Coniene con jornadas como esta recordar cuanta libertad hemos cedido, cuanta nos han arrebatado y hasta dónde están dispuestos a llegar aquellos que nos quieren sumisos, confusos, consumidores, obedientes y esclavos. Y plantarles batalla.